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Para muchas personas, tener una mascota significa tener a un miembro más en la familia. Sin embargo, cuando hay un niño en casa y se decide adoptar una mascota, es indispensable tener en cuenta ciertas recomendaciones para que convivan ambos de una manera satisfactoria.

Tener una mascota puede ser un gran aprendizaje para los niños, siempre y cuando su responsabilidad sea acorde a su edad y capacidades. No obstante, para que la relación entre el niño y su mascota sea amigable y correcta es básico que los adultos refuercen ciertos valores como el respeto, la educación a la hora de interactuar con el animal y la responsabilidad al llevar a cabo los cuidados de este.

En primer lugar, antes de adoptar un animal es aconsejable realizar un análisis de las características de esta adopción: ¿nosotros tendremos tiempo para dedicarle al animal? ¿el espacio donde vivimos es adecuado para él? ¿de qué forma influirá en el día a día familiar? Estas preguntas permitirán conocer mejor cómo será la incorporación de este nuevo miembro.

Cuando se dé el ‘sí’, dependiendo de la edad del niño, se le puede ayudar a elegir el nombre de la mascota. Los padres deben participar activamente para avisar que los animales son seres vivos que merecen respeto y cuidado. A modo educativo, se les pueden pedir algunas tareas sencillas de alimentación o juegos adecuados para su edad. De esta manera, el niño irá asumiendo progresivamente responsabilidades y podrá disfrutar junto a su mascota. Si el niño es mayor, lo ideal es hablar con él sobre las consecuencias del maltrato animal y destacar todos los beneficios que supone tener a un compañero así en casa.

Antes de que llegue el animal a casa, debemos prepararnos para brindarle todas las comodidades necesarias: camita, sendero con arena, juguetes, comida especializada… incluso si el cuidador principal del animal va a ser el niño, siempre tendremos que supervisar cómo lo hace ya que muchas inquietudes se solucionan hablando con personas expertas en mascotas.

Por otra parte, si ya tenemos un animal o hemos decidido adoptar otro pero hay alguna inquietud porque no es posible destinar tiempo suficiente al cuidado del animal o hay problemas a la hora de educarlos convenientemente, hay profesionales (veterinarios o adiestradores) que nos pueden ayudar a solucionarlos de forma satisfactoria.

Es importante recordar siempre que nuestra relación con nuestras mascotas enseña mucho sobre nosotros mismos; así que procuraremos evitar situaciones como excesivas palmaditas en la cabeza para demostrar cariño (los animales consideran esto como un gesto amenazante) o gritos ante cualquier desobediencia (el grito perpetúa comportamientos no deseados).

Para finalizar, se trata de ofrecer condiciones óptimas para todos los miembros de la familia: humanos y mascotas. Tenemos que velar por nuestras mascotas como nos velamos entre nosotros mismos y esforzarnos para conseguir un ambiente amigable e incentivador del respeto mutuo entre ambas partes. Recuerda mantener la calma ante cualquier conflicto entre ellos; así no sentirás ansiedad por querer apartarlos constantemente y ellos notarán el clima sereno y te agradecerán.